Tempestad que despiertas en las noches
No dañes a la sirena,
Princesa perdida de todo marino
Que navega sin rumbo en el mar.
Tempestad que surges de las montañas
No dañes al valle,
Paraíso al que ansía llegar todo pastor
En busca de compañía.
Tempestad que bajas del cielo
No inundes las campiñas,
Tierras cultivadas por labradores
Sembrando amor para sus hijos.
Tempestad por lo que mas quieras,
Te lo suplico,
No perjudiques en el mundo
A los pocos que se entregan al amor.
